jueves, 26 de julio de 2012

El jardín y sus diferentes tipos


Para comenzar a hablar o señalar aspectos de un jardín es necesario primero que comprendamos su significado; de acuerdo a las definiciones de varias enciclopedias definimos la palabra jardín como un “huerto”, pero no hablamos del típico huerto de hortalizas que ya conocemos sino hacemos referencia a un “huerto de flor”. Los franceses afirman que un jardín es un lugar en donde se cultivan especies de vegetales para “el placer de los sentidos”; históricamente los jardines fueron expandiéndose por tradiciones, ya eran famosos los Jardines Colgantes de Babilonia, actualmente considerados como una de las maravillas del mundo.



Un jardín hoy en día puede incorporar distintas clases de materiales, entre ellos los naturales y los hechos por el hombre; los jardines de tipo universal se basan en las plantas, pero la rama oriental como los jardines Zen, apenas las utilizan; para que los prados luzcan estéticamente correctos se recurre a la acción de la jardinería, es mediante ella que se logran los espacios deseados; esta labor se ha ido modificando con el correr de los años debido a que los estilos han cambiado como también las especies de plantas y flores. 


Un jardín, como seguramente imaginamos, no es único, existe diferentes tipos que suelen clasificarse en relación al tipo de vegetación que exhiben: jardines de helechos, cactus, herbales, de rosas, huertos, césped o flores silvestres. Otros jardines, no tan comunes son los aromáticos, rústicos, formales, informales, chinos, miniatura, alpinos, italianos, geométricos, Zen, Japonés, de agua, etc.

Entre todos ellos se destaca el jardín Japonés, sus diseños han intrigado y estimulado a los visitantes occidentales desde los primeros navegantes ibéricos; como dato curioso señalamos que los jardines japoneses empezaron a diseñarse hace 1300 años atrás. Los jardines de los siglos VI y VII incorporaban estanques, linternas y puentes, aquí el agua es un elemento más de la composición y se la incorpora de maneras muy diversas; en ocasiones, un arroyo desviado de su curso sugerirá un desfiladero de montaña, mientras que un islote de pino en una laguna evoca a parajes de incalculable belleza. A diferencia de los jardines europeos, en los japoneses la poda no es aceptada, sólo se empleaba en Japón con el fin de conseguir un equilibrio geométrico pero no para obtener siluetas imaginativas; durante siglos, los japoneses han utilizado los principios de Shakkei como una técnica de recorte. Aunque el conpecto de “jardín" ha cambiado con el tiempo, es necesario recalcar que esto no ha sucedido con las viejas técnicas; aunque se han introducido muchas más, las primeras conservan su valor y no son abandonadas.

Consejos Para El Cuidado Del Jardín

Como hemos dicho en el párrafo anterior, la jardinería es el arte y la práctica de cultivar jardines, mediante esta acción es que mantenemos nuestro prado en perfectas condiciones logrando así otorgarle a nuestra vivienda una imagen muy distinta.

Mediante la jardinería conseguimos cultivar un espacio abierto como cerrado y por eso podemos incluir flores, árboles y otras verduras; un jardín puede proyectarse por estética, gusto o alimentación; el factor económico aquí debe ser algo secundario.

Los suelos de los prados no son todos iguales, en ocasiones es posible que nos toque lidiar con suelos arcillosos, estos son difíciles de trabajar y pueden tener un mal drenaje, para mejorarlo significativamente, debemos cavar e incorporar en invierno más materia orgánica de la habitual. Las malas hierbas son el problema más común, para solucionar este mal debemos recurrir a los herbicidas los cuales se aplican sobre las hojas directamente; es la savia la que se encarga de transportar el químico por toda la planta, incluyendo las raíces; las hojas amarillas aparecen cuando el suelo carece de hierro, para contrarrestar esta situación añadiremos más tierra al terreno o castaño para acidificar.

Las lombrices son excelentes para cualquier jardín, lo airean con sus galerías y excretan abono, pero en algunos céspedes su presencia no es conveniente, cuando estamos frente a esta situación, se recomienda pulverizar el suelo con insecticida, dos aplicaciones es más que suficiente, una en primavera y otra a mediados de otoños. Luego de cada aplicación, si no hay lluvia, se debe regar; es importante tener en mente que no tratamos de erradicarlas totalmente, sino que sólo se debe eliminar un cierto número.

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